Richmond Solution
El aprendizaje de idiomas ha encontrado un magnífico aliado en la tecnología. El uso de audio y video cambiaron cómo se trabajaba en el salón de clases y lo que podía asignarse como práctica extra.
Después llegó 2020 y el mundo nos arrojó a todos, maestros y estudiantes, a la parte más profunda de esta piscina llamada tecnología educativa. Todos luchamos para adaptarnos a las clases en línea. Todos aprendimos qué eran los recursos sincrónicos y asincrónicos y descubrimos muchas aplicaciones y plataformas que nunca pensamos que podríamos usar con nuestros alumnos de manera regular. Las plataformas no eran nada nuevo a principios del 2020, habían existido durante mucho tiempo. Sin embargo, necesitábamos integrarlos como una herramienta fundamental para consolidar el aprendizaje.
Si bien hay muchas plataformas como Google Classroom (para asignar tareas y cargar recursos) o Flipgrid (para cargar videos) disponibles de forma gratuita, las plataformas que acompañan al libro resultaron ser salvavidas, ya que incluyen muchas actividades de práctica listas para usar que acompañan los temas que estudiamos en clase. Nos permiten seguir el progreso, hacer tareas e incluso asignar exámenes.
La pandemia trajo consigo la integración de nuevas tecnologías, y ahora que estamos de regreso en nuestras aulas, es imperativo que recordemos lo que aprendimos y hagamos que las plataformas formen parte de nuestras herramientas cotidianas de enseñanza y aprendizaje.
Tomemos como ejemplo cómo podemos integrar plataformas de aprendizaje para ayudar a nuestros alumnos a desarrollar habilidades de lectura, específicamente lectura extensiva. Tener actividades cortas de comprensión lectora es bastante sencillo. El gran desafío es animar a los estudiantes a elegir un libro o una revista en su propio tiempo. Supongamos que logramos persuadirlos para que leyeran fuera del aula, ¿Cómo podemos estar seguros de que si están leyendo sin necesidad de hacerles un examen? En esta situación, podemos ver la oportunidad perfecta para que la tecnología nos rescate.
Para hablar del uso de las plataformas nos centraremos en la lectura extensiva (extensive reading). Haremos esto porque a pesar de que la lectura extensiva es lo que traerá más beneficios a largo plazo, las otras habilidades de lectura reciben más atención en clase y en las actividades que regularmente encontramos en las plataformas. Para aplicar las siguientes ideas en tus clases, necesitas una plataforma de aprendizaje que proporcione una biblioteca donde puedas encontrar varios temas, niveles y tipos de textos.
Cuando ofrecemos a nuestros alumnos una plataforma que combina textos y audio les damos una herramienta sobresaliente. Varios estudios han encontrado que cuando los estudiantes escuchan lo que leen, su fluidez en la lectura puede aumentar. El audio proporciona modelos para una lectura fluida. También se ha observado que esta actividad permite que los alumnos disléxicos se sumerjan en el significado del texto ya que le quitamos importancia a la palabra impresa.
Trabajar en una plataforma requiere que los alumnos trabajen de forma más independiente de lo habitual. Las plataformas pueden proporcionar las herramientas necesarias para que este trabajo independiente sea más efectivo. Estas herramientas incluyen acceso a un diccionario, pronunciación y secciones para monitorear su comprensión lectora.